Tencent/Alibaba
Tencent vs Alibaba: la batalla tecnológica por el control de China que podría alcanzar Occidente
Los dos gigantes tecnológicos se reparten China (con permiso de Baidu) y están sumergidos en una Guerra Fría por el control del territorio. En esta carrera, fomentada por el Gobierno chino, podrían llevarse por delante al resto de potencias de la tecnología al alcanzar un nivel de desarrollo inigualable.
02 Octubre 2018
|El 'Big Five' tecnológico (Apple, Google, Facebook, Microsoft y Amazon) se ha convertido en un 'Big Seven'. Las chinas Tencent Holdings Limited y Alibaba Group han superado los 400.000 millones de dólares de capitalización de mercado y amenazan con hacerse con el control de la tecnología, dominada hasta ahora por EEUU. En el caso de Tencent incluso se ha sobrepasado la barrera de los 500.000, y en 2017 adelantó a Facebook.
China es un paraíso tecnológico. Con más de 750 millones de usuarios totalmente fieles a las innovaciones de este tipo, controlar el mercado del país asiático supone dominar medio mundo. Google y Facebook, conscientes de esta realidad, se lanzaron a la aventura cual Marco Polo, pero se toparon con una barrera más grande que la Gran Muralla: el Partido Comunista Chino.
En 2009, las políticas restrictivas y de censura del PCCh para potenciar a las industrias nacionales frustraron los intentos estadounidenses de llegar a Oriente. El 'Gran Cortafuegos', como se denomina coloquialmente al Proyecto Escudo Dorado, es la herramienta utilizada por el Gobierno para bloquear prácticamente cualquier página extranjera. Los grandes beneficiados, como no podía ser de otra forma, fueron Tencent y Alibaba, que comenzaron una expansión histórica que diez años después podría desembocar en una guerra por el control de China con proyección internacional.
Tencent y Alibaba, dos formas diferentes de alcanzar el éxito
En esta batalla hasta la casualidad parece tener algo que decir. Ma Huateng y Jack Ma no solo comparten el dominio tecnológico chino, sino también el término 'Ma', que en chino significa caballo. Y como si de una carrera de corceles se tratara, cada uno juega sus mejores cartas.
Jack Ma no tuvo un inicio fácil. Junto a otros 17 compañeros creó Alibaba Group en 1999 en un pequeño piso de la icónica ciudad de Hangzhou. Enfocado en el comercio electrónico, en 2003 la empresa lanzó Taobao, una web similar a eBay que actualmente se encuentra entre las 20 páginas más visitadas del mundo. No obstante, su zona de actuación quedaba recluida a China (que no es poco), circunstancia que solventó Alibaba en 2010 con AliExpress, que facilitaba a otros países la compra de los miles de productos de la entidad. En total, entre ambas páginas Alibaba cuenta con la friolera de 500 millones de consumidores.
No obstante, su obra magna es Alipay, un modo de pago instantáneo por el cual puedes pagar únicamente con un código QR o por reconocimiento facial tanto al panadero de la esquina como al farmacéutico. En China esta vía de transacción a través del móvil es multitudinaria, al contrario que en Europa o Estados Unidos, donde menos del 1% de las compras se realizan mediante una plataforma móvil. En 2017 se realizaron más gestiones por Alipay que por MasterCard, lo que demuestra la incidencia de este nuevo sistema en el territorio chino, con una aplicación que supone prácticamente la mitad de los beneficios totales de la multinacional.
Lo más visto
A medida que Alibaba crece exponencialmente son mayores los ámbitos en los que se sumerge. Por ejemplo, financió SenseTime, una compañía especializada en inteligencia artificial (IA) aplicada a la seguridad y utilizada por empresas y Gobierno chinos.
Jack Ma es más prolífero a aparecer en los medios y en la esfera pública que Ma Huateng, dueño de Tencent y el hombre más rico de China. Huateng cofundó su compañía en 1998 en uno de los centros de producción más importantes del país, Shenzhen. Si los beneficios de Alibaba provienen principalmente del comercio electrónico y del pago por móvil, los de Tencent surgen del mundo de los videojuegos y de la mensajería instantánea.
Este último aspecto estuvo en la mente de Ma Huateng desde el principio. De hecho, tan solo un año después de su fundación saldría a la luz Tencent GQ, el segundo sistema de mensajería a través de ordenadores más antiguo del mundo tras el israelí ICQ. Sin Tencent GQ no habría sido posible WeChat, el WhatsApp chino nacido en 2011 que en tan solo siete años ha conseguido superar los mil millones de usuarios. El secreto está en tener la aplicación más completa del mundo.
Así es. Para lo que en Occidente significa tener una decena de apps, en China lo congregan todo en una. WeChat posee desde las funciones de Instagram hasta las de UberEats, pasando por Facebook o Skype, haciendo innecesaria cualquier otra aplicación. También incluye su propio sistema de pago, WeChat Pay, para competir de lleno con AliPay en la transacción virtual.
A Tencent no le bastaba con dedicarse a la mensajería instantánea y dividió sus esfuerzos para conquistar el mundo de los videojuegos. Para comprobar si lo han conseguido, lo mejor es hacer una pregunta: ¿Qué empresas son las creadoras de los dos juegos más virales del momento, League of Legends y Fortnite? LOL es obra de Riot Games y Fortnite de Epic Games. ¿Y quién está al mando o controla gran parte de ambas? ¡Respuesta correcta! Tencent Holdings Limited.
En concreto, la multinacional maneja el 48% de Epic y el 100% de Riot, además del 5% de Ubisoft y el 84% de Supercell, entre otras. En los últimos años el objetivo han sido los juegos móviles, a sabiendas de que en China se vive completamente pegado al dispositivo. Los beneficios no dejan de aumentar, indicador de que no se están equivocando.
Lo más nuevo
Asimismo, Tencent tiene interés en mejorar nuestra vida y hacerla más eficiente. Solo así se explica Babylon Health, una aplicación que permite comentar nuestros síntomas a un doctor que nos dará feedback inmediato para ver qué podemos tener.
Una contienda por hacerse con China (y con el mundo)
Tanto Babylon Health como SenseTime forman parte de un nuevo proceso en el que están inmersos Tencent y Alibaba, consistente en ampliar su rango de acción hasta niveles insospechados. El apoyo gubernamental para alcanzar la máxima eficiencia tecnológica pone en serios aprietos la estabilidad del clásico 'Big Five', que deberá ponerse las pilas si quiere mantener su predominio. Y es que la guerra entre los dos gigantes asiáticos podría estar a punto de explotar, y sus consecuencias serían devastadoras.
Tencent ha roto la estabilidad metiendo su cabeza en el comercio electrónico, controlado por su rival. Alibaba rápidamente contraatacó con un servicio de mensajería propio para conectar proveedores y compradores. Las diferentes formas de actuar de cada uno también han servido de excusa para practicar el noble arte del lanzamiento de pullas. Sorprenden más que hayan venido por parte del mismísimo Ma Huateng, que en un Foro Global de diciembre criticó que Alibaba cobrara a los vendedores por publicitar sus productos para que estos estén mejor colocados en el portal, la base de sus ganancias.
No es algo común en ninguno de los dos Ma, que en general prefieren una Guerra Fría antes que un enfrentamiento público. Solo hay que ver el jaleo que se originó con las bicicletas inteligentes el verano de 2017. Tencent y Alibaba descubrieron que varias empresas pequeñas estaban elaborando una startup para alquilar bicicletas sin un estacionamiento fijo, simplemente a través de una app que te dice dónde está la más cercana y así desbloquearla. La respuesta de Tencent fue invertir 600 millones en Mobike, algo similar. Acto seguido, Alibaba 700 millones en Ofo. Ambas empresas están exportando estos nuevos productos por toda Europa, Madrid incluida, ante la resignación de sus competidores en China.
El duopolio hace imposible que cualquier otra empresa pueda surgir mínimamente con ellas al mando. Solo una ha escapado de su férreo marcaje, Baidu.
Baidu, la tercera en discordia
Tencent intentó neutralizar la importancia de Baidu con el lanzamiento del navegador SOSO, pero no funcionó. Baidu está tan arraigado en China como Google lo está en EEUU, y ha sabido hacerse un hueco y expandirse con su apuesta por los coches inteligentes y los asistentes virtuales con IA como Aladdin, que pretende competir con Alexa en una cruenta batalla que deparará el futuro de nuestros hogares.
Tras un crecimiento anual del 31% y superar los 3 billones de dólares de ingresos en el último curso, a Alibaba y a Tencent no les queda otra que aceptar a Baidu y permitir que ingrese en su selecto grupo, conocido ahora como BAT. Las tres compañías manejan China a su antojo, y deciden qué nuevos proyectos ajenos a ellos pueden triunfar o caer. Como si de Vito Corleone se tratara, las empresas más pequeñas deben contactar con alguna de estas macropotencias antes, para conseguir la financiación y el apoyo necesarios.
El modus operandi de BAT para mantener sus privilegios ha sido duramente criticado por el 'Big Five', aunque no deja de ser una alternativa a la política de absorción que ellos mismos practican. Sus quejas parecen responder más al nerviosismo por el poderío chino que otra cosa. A no ser que se destruya a sí mismo, nada ni nadie va a detener al murciélago.