Google echa el cierre a Google+ y aprovecha para revelar fallos en la seguridad de la red social

Tras siete años de sinsabores, Google ha decidido poner punto y final a la aventura que más quebraderos de cabeza le ha dado: Google+. Lo ha hecho, además, 'por la puerta grande', sacando a la luz un grave problema de seguridad que la red social arrastraba desde hacía años y que el gigante tecnológico había decidido ocultar. La presión del Wall Street Journal ha obligado a Google a desvelar lo ocurrido, y de paso a anunciar el cierre de Google+.

Como revela el informe de Project Strobe, la nueva herramienta de Google para mejorar la privacidad de los usuarios, desde 2015 Google+ tenía un bug en la API (interfaz de programación de aplicaciones) que ha dejado expuestos los datos de 500.000 usuarios. Dichos datos van desde el nombre y foto de perfil al estado civil, pasando por fecha de cumpleaños o género. Al menos, como se apresura a explicar Google, no se filtró información de nuestras tarjetas de crédito o demás aspectos que habrían puesto en serio peligro la estabilidad de la empresa.

Aunque Alphabet (la matriz de Google) quiera quitarle hierro al asunto, este fallo en materia de seguridad es bastante espinoso. Que Google nos lo haya ocultado hasta ahora tampoco ayuda. Y es que, como asegura el Wall Street Journal, el recién creado Project Strobe analizó en marzo de este año el funcionamiento interno de toda la compañía para detectar posibles irregularidades. Se topó con esta barra libre de información privada de usuarios en la API de Google+, una API utilizada durante este tiempo por 438 aplicaciones. Google ha aclarado que los desarrolladores de estas aplicaciones desconocían el posible acceso a estos datos. "No hemos encontrado evidencia de que los datos se usaran de forma inadecuada", sentencia en su comunicado.

Google ha decidido terminar con Google+ tras salir públicamente sus fallos en seguridad. Shutterstock

Google solventó el aprieto con un parche, y decidió no comunicarlo públicamente. ¿La razón? El temor a caer en el desprestigio que sufre en la actualidad Facebook a través de Cambridge Analytica y el interés por evitar nuevas regulaciones gubernamentales. En este sentido contó con una pizca de fortuna, pues se enteró del bug días antes de que se aprobara en el Parlamento Europeo la nueva ley de protección de datos, por la cual las empresas deben avisar en un máximo de 72 horas de circunstancias como esta, en las que la seguridad de los ciudadanos se ve comprometida. Como se dieron cuenta poco antes, no estaban obligados todavía a desvelar nada.

Google+: crónica de una muerte anunciada

La exclusiva del Wall Street Journal forzó una rápida respuesta por parte de Google, que ha decidido cerrar definitivamente un proyecto que no ha hecho más que darle problemas desde 2011. Lo cierto es que esta red social nunca llegó a conectar con los usuarios. Google intentó impulsarla en varias ocasiones, pero en los últimos tiempos simplemente la había dejado morir ante su incapacidad de darle la relevancia necesaria y poder competir con otras RRSS.

Si aún seguía disponible era gracias al entorno empresarial, que había encontrado en el binomio Google+ y G Suite una buena forma de interactuar con otros profesionales. Con la clausura del primero, G Suite asumirá más competencias y ampliará sus funciones.

Google dará carpetazo a Google+ en un periodo máximo de diez meses. Hasta entonces, informará progresivamente a aquellos héroes que sigan usando la red social sobre cómo guardar y exportar toda la información recopilada allí antes de que sea demasiado tarde.

Google+ no supo competir con Facebook, Twitter u otras redes sociales importantes. Shutterstock

Google aprovecha para aumentar la seguridad de nuestros dispositivos

La vida sigue, y Google espera que avance lo más rápido posible para olvidar cuanto antes este abrupto desenlace. Por eso, dedica gran parte del comunicado en el que anuncia el fin de su red social a alabar Project Strobe y a demostrar que este fallo de seguridad sí es un caso aislado. Solo así se explica que haga hincapié en los parámetros de privacidad que seguirá a partir de ahora la compañía, que consisten básicamente en la restricción de los accesos por parte de las apps.

En concreto, reducirá los permisos de aplicaciones de terceros. Antes había carta blanca, ahora solo podrán acceder a la información que realmente necesiten. Por tanto, se acabó que cualquier aplicación o herramienta de nuestro smartphone pueda obtener información sobre nuestros correos o nuestras llamadas o contactos, elementos clave en los que Google ha centrado su interés.

Nos quedan diez meses con Google+. ¿Se arriesgará Google con otra red social o seguirá la tendencia de las grandes empresas tecnológicas del momento y apostará por hardware e IA? Lo que queda claro con esta experiencia es que hasta las compañías más importantes del mundo también se equivocan, y de qué forma además.