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Trucos para evitar la dependencia y adicción a los móviles
Cada vez nos cuesta más separarnos del móvil. Redes sociales, trabajo, WhatsApp... No hay un minuto de respiro, pero desconectarse del mundo es muy necesario para nuestra salud mental.
15 Julio 2019
|Los móviles son una parte muy importante de nuestras vidas en la actualidad. Es imprescindible controlar a la perfección todas las funciones del smartphone, ordenador y tablet para muchos ámbitos de la vida. La relación de dependencia entre la población y sus teléfonos móviles está llegando a un punto en el que muchas personas deberían recibir, o reciben ayuda psicológica por problemas mentales relacionados con el excesivo uso de los mismos. Estrés, ansiedad e incluso adicción son algunas de las formas en las que los problemas relacionados con las nuevas tecnologías se manifiestan.
¿Cuántas horas al día pasas con el móvil?
Para la mayor parte de la población activa, su rutina diaria cuenta con ocho horas delante de un ordenador y, al llegar a casa, al menos dos mirando el móvil para charlar, actualizar las redes sociales y ver las noticias más importantes del día. Todo esto sin contar las horas de televisión y series, que no son pocas. Esto es una auténtica tortura física y mental para las personas. Horas y horas de sedentarismo en las cuales no te relacionas personalmente con nadie, tu cabeza hace un esfuerzo sobrehumano por procesar una información y una cantidad de mensajes habitualmente fuera de lugar, y tus ojos sufren las consecuencias del tiempo concentrado en las pantallas. Es un esfuerzo del que de vez en cuando hay que descansar.
Hasta que aprendamos a utilizar los smartphones adecuadamente, con unos horarios establecidos y reducidos, es conveniente eliminar el móvil de nuestras vidas durante una temporada. Se aconseja que esto se ponga en práctica durante el período vacacional, porque el teléfono no es necesario en este tiempo y porque podemos sustituir su uso por actividades de ocio más sanas y para enriquecer las relaciones personales con nuestros semejantes.
Porque no hay cosa que de más rabia que estar hablando con una persona y que esta comience a usar el móvil en tu cara para contestar a quien le haya escrito. Quien está físicamente debe ser siempre más importante que cualquier persona que escriba desde su casa. Salvo que sea una emergencia, claro. Es una cuestión de educación y respeto que cada vez menos gente muestra.
No usar el móvil en las comidas
Fundamental. A la hora de comer, que se suele estar acompañado, no se debe utilizar el móvil. De hecho, lo suyo es dejarlo en otra habitación para no estar atento a las notificaciones que puedan estar llegando o no. Además, en este caso, no es solo por la educación que hay que demostrar con la gente de tu alrededor. La hora de comer es sagrada y es un momento para pensar en otras cosas y relajar la mente antes de volver a activarla.
Dormir lejos del móvil
Cómprate un despertador de los tradicionales. A la larga saldrás ganando. Porque utilizar el teléfono de alarma por las mañanas es la excusa para tener el móvil en la mesilla por la noche, y por consiguiente reducir tus horas de sueño a la mínima expresión. Además, un despertador tradicional es barato, por lo que podrás lanzarlo para desahogarte todas las mañanas, cosa que con un iPhone no vas a hacer.
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Por favor, queda con tus amigos
Cuando no queda más remedio, tener una amistad estrictamente virtual es tolerable, entendiendo por "no quedar más remedio" que exista mucha distancia entre los interlocutores o alguna circunstancia que haga imposible la comunicación personal. Pero en cualquiera de los demás posibles casos, no cuesta nada acercarte a un bar o parque a charlar en persona.
Unos días de desconexión total
Unos días al año conviene que el móvil no exista en tu vida. Durante esa semana en la playa con tu pareja o amigos, simplemente, lo apagas y lo metes en un cajón, o bien lo usas mucho menos, solo en momentos puntuales. Y así hasta que toque volver a la rutina. Si no te ves capaz de hacer esto por ti mismo, hay una modalidad un tanto drástica pero que requiere de menos esfuerzo. Hay pueblos en España que son verdaderos oasis de paz. Poca gente, mucha naturaleza. Tal es la paz que se respira en esas zonas que ni siquiera hay cobertura. No hay mejor manera para dejar de usar el móvil que que no valga para nada. Podrás llevarlo hasta en el bolsillo. Total, no podrás hacer nada con él...
El primer día lo sacarás con nerviosismo a la espera de que llegue un atisbo de cobertura que te permita leer los mensajes, pero a partir del segundo volverás a escuchar el canto de los pájaros, a disfrutar de una cerveza en la plaza del pueblo, o a desarrollar otras aficiones más productivas como leer o pintar.
Si eres capaz de llevar estas cuatro conductas básicas de forma natural, y realizas un control más o menos exhaustivo de las horas que utilizas el móvil al día para no pasarte (ahora hay muchas aplicaciones que te ayudan a esto), en un futuro podrás tener una relación saludable con las tecnologías, y con las personas que te rodean y aprecian. El tiempo es oro, no lo desperdicies todo mirando a una pantalla.